El rascacielos más alto de Europa acaricia el cielo londinense
A pesar de que The Shard nada tiene que ver con sus hermanas mayores de Japón, China o Dubai –el edificio más alto del planeta es el Burk Khalifa de Dubai, con 828 metros–, lo cierto es que este rascacielos se presenta como algo más que un complejo que acaricia el cielo londinense. “Es un extraordinario símbolo de la determinación de Londres de superar la recesión y emprender la senda del crecimiento económico”, ha comentado Boris Johnson, alcalde de la ciudad.
Para su diseño y planificación se ha recurrido a un arquitecto italiano, Renzo Piano, que es el que le ha dado esa forma piramidal y cuyo nombre toma de la cúpula, que es similar a una astilla. Como era de esperar, se han alzado no pocas voces en contra de la construcción, indignados ante el desembolso que ha requerido la edificación de un rascacielos de tal magnitud en plana crisis.
Sea como fuere, ahí está y es desde ya un nuevo destino dentro de la ruta turística por Londres, por no decir que ha marcado ya para siempre el skyline de la urbe. En su interior albergará casas de lujo, viviendas de lujo, un hotel y oficinas. 72 plantas en total que han costado 1.800 millones de euros.