Arquitectura española en Nueva York: La Casa de los Azulejos
La huella de la arquitectura española en Nueva York la ha dejado, entre otros, el gran arquitecto español Rafael Guastavino. Como ejemplo, una magna construcción: La emblemática terminal Grand Central de la Gran Manzana. Pero este no ha sido el único rastro dejado por este. Hay uno más desconocido pero no por ello menos magistral: la Casa de los Azulejos, habitada actualmente por uno de los candidatos a alcalde de Nueva York, George McDonald. Esta joya arquitectónica la adquirió en el año 2010, salvándola de la demolición. El precio fue de 1,2 millones de dólares.
Rafael Guastavino nació en Valencia y emigró a Estados Unidos en 1881. Sus bóvedas tabicadas, evolución de las ‘bóvedas catalanas’, alcanzaron gran fama en tierras americanas. Y entre las claves de su éxito, el ladrillo y los azulejos que empleaba, su técnica. Su hijo, que viajaba con él en aquellos años, siguió sus pasos. Con 19 años ya tenía cuatro patentes en Estados Unidos relacionadas con este tipo de bóvedas. La llevaron a más de un millar de emblemáticos edificios públicos de todo el país: la catedral de San Juan el Divino, el puente de Queensboro, la antigua estación de metro de City Hall, el Carnegie Hall, entre otros… Entre las más conocidas, el famosísimo Oyster Bar ce la Estación Grand Central y la adyacente ‘galería de los susurros’.
Ahora es el centenario de esta mítica construcción y Nueva York recuerda el legado de estos arquitectos españoles. Uno de los especialistas que más ha alabado el trabajo realizado por los Guastavinos ha sido John Ochsendorf, autor de ‘Guastavino Vaulting: The Art of Structural Tile’. Aquí relata la vida y obra tanto de Rafael Guastavino Moreno como de su hijo, Rafael Guastavino Expósito.