Nada superfluo ni fuera de lugar. Austeridad, que no significa ausencia de detalles. Con estas dos frases se podría sintetizar groso modo la arquitectura cisterciense, un estilo arquitectónico que surgió a finales de románico y del que hoy podemos presumir gracias a herencias dignas de admiración. Magníficas muestras monumentales que proponemos conocer o redescubrir, ya que seguramente muchos de los lectores de este blog de arquitectura hayan disfrutado de su contemplación.

Lo que queremos es sugeriros, ahora que la Primavera muestra su más radiante cara, irnos de escapadas rurales un fin de semana hasta uno de los lugares más significativos en lo que arquitectura cisterciense se refiere: Nuévalos, en Zaragoza. Allí se encuentra el Monasterio de Piedra, declarado Sitio Histórico en 1945 y Monumento Nacional desde 1983. El conjunto está formado por una Iglesia de estilo románico tardío, con planta típica cisterciense (forma de cruz con crucero, ábside central y cuatro laterales); un Monasterio-Claustro, que ha sido restaurado recientemente y que se alza orgulloso, robusto y austero, con arcos apuntados con capiteles y ménsulas decoradas con motivos vegetales; la sala capitular, de gran belleza, fue en otros tiempos centro neurálgico de la vida monástica; y una Torre de estilo mudéjar.

Por si esto fuera poco atractivo para aquellos que, como nosotros, amamos el arte, el escenario en el que se encuentra este Monasterio de Piedra no podría ser más cautivador. Está a orillas del río Piedra, un paraje de gran belleza con cascadas de agua que otorgan no solo un especial encanto a la vista, sino también para el oído, con el murmullo arrullador del agua a su paso por las inmediaciones de estos monumentos. Es pues el mejor momento ahora para adentrarse por este Parque Natural, muy bien adaptado a los visitantes, con senderos señalizados que te conducen por todo el territorio, a lo largo de unos 5 kilómetros.

El broche de oro a esta experiencia arquitectónica y paisajística lo ponen las instalaciones que se han creado en torno a esta joya de la arquitectura cisterciense: un hotel con Spa para poder relajarse y disfrutar de la Naturaleza y dejar atrás el estrés de la vida diaria.

Una experiencia única que desde MásQarquitectura queremos recomendaros. Esperamos vuestras opiniones sobre experiencias, consejos de rutas e ideas para sacar más partido a estas escapadas naturales.