Trabajador infatigable, Luis Sainz de Los Terreros acaba de ser homenajeado en Madrid. Se ha puesto una placa en su memoria en la fachada de la casa que construyó como vivienda y estudio de trabajo, en la calle Gurtubay 5. Fue la capital el principal escenario de sus creaciones. Allí diseñó edificios como el Círculo de la Unión Mercantil, el edificio social de Seguros La Adriática, en la Plaza del Callao, el Hotel Savoy, el edificio de la inmobiliaria Ibérica o las ampliaciones del Monte de la Piedad y Caja de Ahorros de la plaza del Celenque y la ampliación de la fábrica de cervezas El Águila.

«El gran creador, a quien Madrid le debe una parte importante de su paisaje urbano, fue moldeando la fisonomía arquitectónica de toda una época y dejando su impronta, el carácter acogedor de la vivienda y la unión de la familia en torno al hogar”, ha explicado la alcaldesa de Madrid Ana Botella. Y es que este genial arquitecto siempre quiso lo mejor para la ciudad, aprovechando lo que de bueno tiene la arquitectura moderna e inspirándose también en lo positivo de la tradición. Apostó así por vestir las ideas pasadas con nuevas formas.

Luis Sainz de los Terreros estuvo muy vinculado a la capital no solo por su arquitectura. Ejerció como presidente de la Diputación Provincial de Madrid, fue Decano del Colegio de Arquitectos y concejal del Ayuntamiento de Madrid. De la generación de 1900, estudió en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Fue aquí donde realizó la mayor parte de sus trabajos. Sin embargo, también diseñó para otras ciudades, como es el caso de la casa de Correos de Guadalajara, proyecto realizado junto a su hermano Joaquín, y la restauración del Monasterio del Parral, en Segovia.