Capintería exterior en invierno
Una vivienda, hotel, edificio de oficinas, etcétera acabado con carpintería exterior muestra su hermosura en cualquier estación del año, pero siendo realistas, cuando gana y su mejor momento se encuentra en invierno. La arquitectura en carpintería exterior destaca por su estética, estética que imprime una imagen cálida, acogedora, sensación que recuerda a invierno, nieve y lluvia, de ahí lo que mencionábamos en el párrafo anterior.
En España, cuando llega el frío y las lluvias al sur, podemos decir claramente y sin miedo a equivocarnos en absoluto que el invierno ha llegado, la carpintería exterior comienza su protagonismo. Aunque el mayor protagonismo de carpintería exterior se encuentre en invierno, no es una estructura de “quita y pon”, por lo que debe estar preparada siempre protegida del calor en verano y de las tempestades del invierno. Además no olvidemos que mucho más que un elemento decorativo, la carpintería exterior también es usada para proteger al edificio de temperaturas, humedades, ruidos, etc.
Cuando hablamos de que carpintería exterior debe estar protegida en todo momento, nos referimos tanto a la superficie que puede verse dañada por acción del sol, lluvia y nieve como por la propia estructura en sí, estructura que puede verse afectada por las dilataciones producidas en cambios de temperatura.
En el caso de la superficie, podemos intervenir y evitar problemas gracias a una protección de la madera con barnices y productos especiales protectores, teniendo en cuenta siempre que sean productos que no dejen rugosidades que pueden dañar muy seriamente el aspecto de la madera.
Por otro lado, podemos proteger nuestros elementos de carpintería exterior dejando una pequeña holgura como margen para dichas dilataciones.